En la vida, cada uno de nosotros acumula experiencias, conocimientos y lecciones que nos van formando como personas. Sin embargo, muchas veces nos enfrentamos a situaciones que nos hubiera gustado conocer de antemano para poder actuar de manera diferente. En este sentido, si pudiera tener una conversación con mi yo de 20 años, hay algunas cosas que me hubiera encantado saber y que podrían haber cambiado mi forma de enfrentar ciertas situaciones.
En primer lugar, me hubiera gustado saber la importancia de rodearme de mujeres poderosas. En mi juventud, a menudo me sentía insegura y creía que para tener éxito necesitaba la aprobación de los demás, especialmente de los hombres. Sin embargo, con el tiempo he aprendido que rodearme de mujeres fuertes y empoderadas puede ser una fuente inagotable de inspiración y apoyo. Estas mujeres pueden ser modelos a seguir, mentores o simplemente amigas que comparten tus mismos valores y objetivos.
Además, me hubiera encantado saber la importancia de cuidar de mi salud mental y emocional. En mi juventud, fui demasiado dura conmigo misma y no me permitía mostrar vulnerabilidad o pedir ayuda cuando la necesitaba. Aprendí de la manera más difícil que la salud mental es tan importante como la física y que pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino de valentía y autoconocimiento.
Otro aspecto importante que me hubiera gustado saber a mis 20 años es la importancia de cultivar mi autoestima y autoconfianza. Muchas veces me dejé influenciar por la opinión de los demás y dudé de mis propias capacidades. Con el tiempo, he aprendido a creer en mí misma, a valorar mis logros y a no depender del reconocimiento externo para sentirme realizada.
En definitiva, si pudiera volver atrás en el tiempo, le diría a mi yo de 20 años que se rodee de mujeres poderosas, cuide de su salud mental y emocional, y cultive su autoestima y autoconfianza. Estas lecciones pueden parecer simples, pero son fundamentales para construir una vida plena y satisfactoria. Espero que estas reflexiones puedan servir de guía a todas aquellas jóvenes que se encuentran en una etapa de descubrimiento y crecimiento personal. ¡No tengáis miedo de ser vosotras mismas y brillar con luz propia!
